Desde tiempos remotos, nuestra capital ha sido el corazón de reunión de innumerables culturas que existen vigentes en el estado, cuando el esplendor de las ciudades de Mitla y Monte Alban irradiaba el sureste de México. Es una ciudad de gente noble y amigable, que tiene grandes talentos, que invitan al viajero, tanto nacional y extranjero a conocer y a vivir una experiencia rica en cultura y tradición, y que sobre todo los hace sentirse como en casa.
Para apreciar por qué Oaxaca es grande sólo tienes que integrarte a sus maravillosas fiestas, que resultan verdaderamente extraordinarias que para beneplácito de nuestros viajeros tenemos durante todo el año, en ellas se ve reflejado el corazón de su gente, es conocer la esencia misma del oaxaqueño, que muestra su algarabía en las Fiestas de Carnaval, que es respetuoso y solidario en las actividades de Cuaresma como la entrega de flores y poemas de amor a las jóvenes en los viernes de Cuaresma en el paseo Juárez, del Llano y que es sumamente devoto y reflexivo en la Semana Santa con el Encuentro, el Vía Crucis, La Visita de las 7 Casas, La Crucifixión, Las Siete Palabras, el Descendimiento y por último el Pésame a la Virgen.
En todo el mes de Julio con las Fiestas del Lunes del Cerro y sus 2 Guelaguetzas, sus actividades deportivas y folklóricas como la elección de la Diosa Centéotl, los desfiles de las Delegaciones, la presentación de "Donají La leyenda", los festivales de los Siete Moles, el Tejate y el Tamal, entre muchas otras. Experimenta la nostálgica alegría en las Fiestas de Todos los Santos y Fieles Difuntos, saboreando su rica gastronomía tradicional del Día de Muertos cuyos platillos son antiguas recetas familiares.
Es conocer el fervor religioso con la celebración de la Virgen de Santa Catarina Juquila, en San Juanito; los desfiles de niños y niñas llevando la mexicanisima flor de Noche Buena ataviados como Juan Diego e "inditas", que hacen su peregrinar por las calles del centro histórico para llegar al Templo de la Virgen de Guadalupe.
Es visitar la vendimia y saborear los dulces de todo el Estado de Oaxaca, las nieves de distintos y exquisitos sabores, con dulces regionales en el jardín Sócrates como margen a la festividad de la patrona de los Oaxaqueños, la Virgen de la Soledad.
La explosión de costumbre en nuestra tradicional Noche de Rábanos, donde los hortelanos oaxaqueños exhiben ante el asombro de los visitantes su arte transformado en figuras de rábanos, flor inmortal y hojas de totomoxtle; las calendas con sus gigantes, faroles, marmotas y carros alegóricos que lucen de mil formas y colores. Y finalmente es experimentar el gran sentimiento de alegría con la Natividad, Año Nuevo, Reyes y Belenes cuando se renuevan los deseos de paz y bienestar familiar.
La calidez de su gente y el abrigo de sus sierras lograrán que se enamore de este bellísimo estado.
Siempre serás bienvenido con tus seres queridos, ven a Oaxaca y siéntete como en casa, rodeado del calor y la alegría de su gente y el dulce sabor de los momentos vividos.